sábado, 15 de diciembre de 2012

Las emociones y el acto de Comer

Me encontre mientras navegaba por ahi (como siempre) una guia para angustiados que habla sobre los metodos de "compensacion " para las emociones mal manejadas que producen ansiedad o depresion, etc. ; Entre ellos habla sobre como el acto de comer puede ser "peligroso" si no adoptamos buenos habitos alimenticios desde pequeños, aqui les muestro una parte (si quieren leerlo todo el link esta aquí ):

"2.4. Comer

La comida es un salva-angustias muy utilizado. Comer es agradable, nos procure la sensación relajante de estar saciados y tranquilos. El sopor de una digestión contiene tórpidas brumas en las cuales nuestras preocupaciones parecen ocultarse por momentos. Algunos alimentos que contienen azúcares, abundancia de hidratos de carbono (dulces, pastas, por ejemplo) tienen una inmediata virtud de desvío de atención. Los sentidos no pueden dejar de estar concentrados en los estímulos gustativos dando más cuerpo que alma atormentada. También el placer sexual puede tener esta utilidad de olvido-por-el-cuerpo y convertirse en una conducta compulsiva.
La naturaleza recompensadora del placer tan instintivo del comer puede ser utilizada fácilmente para dulcificar lo amargo. Damos dulces a los niños más que para premiarlos por merecimiento como una forma de complacencia en verlos golosos y agradecidos, evitar la tristeza de una decepción, conquistar su afecto o desviar el ser reprochados u odiados por ellos.
No es infrecuente en la crianza infantil que la hora de comer sea una guerra, porque el niño no come la cantidad o calidad que pretendemos, lo hace de forma tan lenta que nos obliga a presionarlos, haciendo con ello que vaya todavía más lento y le divierta nuestro desespero de ver que se enfría la comida y que se nos acumulan las tareas pendientes.
La hora de comer puede tener unos contenidos que se asocian, como el placer de charlar tan querido a los humanos, pero también su reverso, el afán de discutir y hacernos reproches comiendo o mostrarnos hostilidad, tensión y frialdad (haciendo que la comida se atragante).
También podemos inducir en los niños una serie de sentimientos que pervierten el placer de comer como cuando nos avergüenzan de lo glotones, cerdos, asquerosos, maleducados, impresentables, etc. que somos, y cuyo eco se da con frecuencia en los sentimientos que surgen en la conducta bulímica, en la que la persona come para calmarse y ello le hace sentir culpabilidad, repugnancia, vergüenza, con lo que se genera una nueva ansiedad peor que la que se trataba de calmar y que de nuevo pide a gritos ser reparada con el pastel envenenado que la produce.
Si ya desde niños comemos más porque nuestros padres se angustien menos de sus ansiedades cuidadoras, no es de extrañarque de adultos comamos para des-angustiarnos y como una forma elemental de cuidarnos."

Aqui, como ya lo habiamos platicado nosotros antes, recomiendan un diario de emociones, identificar lo que causa la angustia, y en caso de no identificar el "disparador" de las emociones, reflexionar las posibles causas, como que es lo que esta pasando en la vida o cuales son las preocupaciones especificas que llegan a la mente en esos momentos.
No querer pensar, como si el pensamiento que trae dolor fuera malo, es un error estratégico. Pensar, y mejor aún, expresar en palabras, escribir sobre los nos preocupa, es poner nuestra inteligencia en marcha para resolver las dificultades. Cabe considerar que hasta podríamos lograrlo y nos estaríamos perdiendo esa solución realmente satisfactoria.

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